Cuadernos de viaje (1): Alegría, la entusiasta
Alegría nunca pudo estudiar, pero hasta quince días antes de morir bajó al club de lectura. «Yo no sé leer bien -decía- si me pongo a leer diré mentiras, porque no entiendo. Pero aunque no entienda ni oiga bien a mí me gusta todo: la poesía, la lectura. Todo, hija mía». Ella aprendió algo sobre literatura, poesía. Y yo, a querer honrar su nombre: vivir con Alegría aprendiendo hasta el final de mis días.