La edad de la inocencia
Siempre se me dio fatal ser una flor que palpita frágil por ahí gritando primavera.
Pero hay días en que la vida se pone fea y me canso del traje de guerra, de ser árbol que ampara y de cortar las malas hierbas. Cuanto más todo me habla de que juegue o consiga, de que venza o muera, de ganar o perder, más me convenzo de vestirme de flor y volver a la edad de la inocencia … al menos unos instantes, cuando amo.
Por lo menos, cuando amo.
Qué menos que cuando amo.
Al menos unos instantes, cuando escribo, quiero ser una flor que palpita frágil por ahí gritando primavera.