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Las diosas que hay en ti

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Hay tantas diosas en ti: la que protege, la que lucha, la que seduce, la que reina, la que organiza, la que resuelve, la que ríe, la que genera mundos posibles e imposibles, la que muere viviendo, la que vive incluso cuando sobrevive, la que aprueba con nota el día a día y sonríe cum laude.
La que llora, la que cuida, la que se vuelve mujer de adolescente, y adolescente siendo mujer. La que vive aventuras, la que elige la calma, la que no sabe ser madre y, cuando aprende, ya no sabe dejar de serlo. La que no quiere ser mamá. La que ama a sus hijos añorando una vida libre. La que todo le sale mal, aunque le salga todo bien. La que elige el olvido, la que ya no vive sino de recuerdos. La que, al final, acepta lo que venga.
La que no le queda otra que convertirse en otra, la que hay días que se rinde, la que esconde a los que ama la fealdad del mundo, la que opta por querer verse guapa pese a todo, la que baila porque le gusta, aunque nadie la elija reina de ningún baile. La que llaman puta, ¡como si esa palabra albergara todos los males del mundo!

Ojalá pudiera sentar en la hierba todas las diosas que te habitan, a veces todas a la vez, para escuchar juntas la nana que la madre tierra tiene para ti.
(Ilustración de Sabina Blasco)

Libre.

Orquídeas en el Mercado de las Flores de Paris, 2006
Cuando sea mayor quiero ser libre. Para dar, aunque no me lo pidan. Para guardarme el tiempo y los besos, aunque me los pidan. Para que un pensamiento vuele por encima de cárceles y prisas. Para que una mirada diga lo que callo. Para vivir mi vida inventada en un despiste de la otra, la que llaman real. Libre para pedir ayuda, libre para prestarla. Para reírme del miedo, que se disfraza de tantas cosas tontas a lo largo de la vida. Libre para decir hola y adiós. Para amar, como si no hubiese un mañana, aquello que lo merezca. Para que el corazón dibuje fronteras sin dar explicaciones, o abra puertas a lo que le haga bien. Quiero ser libre para ejercitarme en las locuras que sea sensato cometer. Para no esperar ya un nosequé. Libre para atarme y desatarme de causas y personas según yo misma dicte sentencia. Libre para soñar. Para hacer silencio en el ruido, y risas en el silencio. Para ser poderosa y valiente, sin complejos. Libre para ser frágil y ponerme un traje de flor que cante delicadeza. Resulta que ya soy mayor. Y soy libre.
(fotografía de Jesús Tejel www.jesustejel.com)

Dentro de ti.

23juliosazume2013
Hay un lugar dentro de ti, un refugio.
Una habitación interior donde el silencio te ampara.
Donde vuelas por encima de tus pensamientos.
Una cueva calentita en la que, estar solo, es estar acompañado.
Donde el reloj sólo marca Aquí y Ahora.
Una isla donde Eres.
Ay, ¡ese lugar sin nada, que nada dentro de ti!
(Ilustración de Sabina Blasco Zumeta)

¿Dónde está tu ZENtro?

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¿Dónde está tu zentro? El ancla que te guarda de la deriva.
El hilo que sostiene la marioneta desmadejada.
El punto cero al que volver, cuando te pierdes.
Tu fuerza de gravedad; si la encuentras, no habrá pirueta en la vida que te destierre de lo que ya eres.

Una locura, lo sensato.

7

 

Por amor. Por sobrevivir, o por la búsqueda de un mejor vivir. Porque sí. Cuando no queda otro remedio. Cuando no se cometieron en su día y se nos extraviaron experiencias. Cuando un desastre nos aboca a la huida o un deseo de cambio, a la vida. Por salvarnos, porque también a la razón le susurra la intuición que no todo tiene garantías, que el ensayo y su error es razonable en los grandes y pequeños sinsentidos. Hay veces que una locura es lo sensato, y la serenidad nombra capitán al desorden, Momentos en que el mejor arquitecto es uno mismo cuando rompe los cimientos de todo aquello que le limita para amar, sobrevivir, o mejor vivir lo que nos encuentra mientras navegamos el alma.