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La vida al revés

del reves

 

Ocurrió  cuando, en vez de mirar yo al árbol, me dejé mirar por él:  pensé en lo que sucedería si volvía todas mis preguntas del revés.
Si, en vez de andar buscando afecto, me dedico a darlo.
Si, en vez de quejarme de que algo no es bello, fabrico belleza.
Si, en vez de lamentarme de que no me entienden, aprendo a escuchar.

Si miro la vida al revés todo me resulta más sencillo.

Ahora, en días confusos, en vez de preguntarme qué quiero de la vida… me respondo qué quiere la vida de mí.

#ligereza

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(Def). Ligereza: eso que tienen lo que aprenden a sacudirse los demonios en el felpudo, antes de entrar en casa.

Dícese del baile de los sabios, que solo se aprende si estás dispuesto a soltar todo lo que no es tuyo, aquello que crees tuyo, y todo lo que es verdaderamente tuyo.
La cualidad de la sonrisa de los que son ellos mismos pese a todo.

Sensación de alivio cuando decides que esa batalla no es la tuya, o cuando te dices que no pasa nada por no tenerlo todo claro.

Efecto secundario de caminar a tu aire, una vez has abrazado la soledad.

(Del diccionario de Reyes para la buena felicidad)

Solitarios con propósito

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El Ebro acoge a solitarios con propósito,
que salen a flirtear con el silencio
en una cita consigo mismos.

Cuando nadie los ve, hablan con el agua
o dejan que el agua les hable.

Luego vuelven a sus vidas normales,
donde yo ya no sé si son solitarios o tienen propósito alguno,
donde ya no es una mañana de domingo,
donde ya no sé si hablan
con el silencio.

Cosas que aprendí del #Ebro

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Viví muchos años de espaldas al río, y ahora me pregunto por qué, cómo pude.
Gracias a él, he aprendido
a buscar la luz
y ahora soy alguien que habla con los árboles,
que se mueve plácida,
que tiene un lugar donde perderse para encontrarse.
Me enseñó a caminar, que el mejor naranja nos lo da el atardecer,
que el cierzo no es mi enemigo
y que, en cuestión de paseantes, no hay nada escrito.
Que ninguna preocupación sobrevive al ruido del agua y que el amparo – a veces- te lo da el reflejo del cielo en todas las cosas que miras cuando te dejas llevar por los pasos, sin prisa, de este pequeño territorio mítico que es nuestro #Ebro.

¿De un triste #bonito?

triste bonito

Alguien me dijo que el invierno era de un triste #bonito.
Me dio por pensar en para qué servirá la tristeza: está esa que desgarra, y otra, tenue, que atonta las ganas de emoción y nos lleva a un mundo de tardes de domingo y aguas mansas.

A mí las tristezas  me sacan a paseos que ordenan el caos;  puestos a estar tontones, mejor que sea en invierno, con la hoja caída y el tronco pelado, a tono con el ánimo lento.

Y la tristeza será triste, pero no siempre es fea ni inútil: que se lo pregunten a los árboles que mudan o a aquellos que, con todas sus heridas, fabricaron el mejor bálsamo.