Corazones remendados
Una amiga me dijo que tenía el corazón remendado. Le pregunté cuántas decepciones, pérdidas, desilusiones, rupturas, puede aguantar un corazón con los años. «Todas», me dijo ella, muy segura. Puede ser, porque ayer ya estaba ella hilando su vida con mejor sastre. Yo sólo sé que entre zarpada y remiendo… mejor hormiga que cigarra, y tejerle una manta con los trozos de risa, cariño y amigos que nos traen los buenos tiempos.