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#Elegancia

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Me pregunté qué es lo que queda en nosotros cuando el invierno te desnuda las ramas, cuando se fueron los frutos, cuando no damos sombra ni nadie nos da sombra.
Miro los chopos de la ribera y les pregunto.
Qué somos cuando el cierzo ha barrido todas las hojas.

Mírame, mira mi tronco, dijo.

Lo  vi.

Vi un tronco recto despojado de adornos, y por fin entendí la elegancia.

#serenidad

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Dos chicas guerreras me apelaron para que escribiese algo sobre la serenidad. Y porque la pierdo todos los días, la serenidad, me he convertido en una experta buscadora.
La busco cuando lloro de rabia, cuando decido luchar sólo las batallas que merecen la pena, cuando vuelo por encima de  casi todo, cuando me retiro a mi habitación interior.

Cuando nado libre en el silencio, desnuda de propósitos, a merced de las mareas del alma.

Cuando me lleno de palabras que para mí son compañía, y compañías que no son sólo palabras.

Cuando paseo y le pido a ellos, los árboles, que me den eso que pierdo tantas veces todos los días y de lo que ya soy una experta buscadora.

 

#sabiduría

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Una científica descubrió que los árboles se comunican entre sí mediante sus raíces, a través de unos hongos que transmiten información. Si queremos que un bosque perdure, debería evitarse la tala de ciertos árboles, los llamados árboles «madre», encargados del cuidado de las nuevas generaciones, de contarles lo necesario para que la comunidad sobreviva.
Tolkien y yo estábamos en lo cierto, pues: los árboles hablan.
Yo no soy científica, sino poeta, y por eso me entiendo con ellos en lengua de metáforas.
Si la vida procediera narrativamente, probablemente yo viviría en un bosque nórdico y frondoso, cerca de un lago. Pero vivo en una ciudad rodeada de desierto, así que por eso corro a la ribera del Ebro a estar con ellos, a dejarles que me traten como un árbol nuevo.

Seres de luz y sombra

IMG_20180616_103452648 Me gustan los objetos y las personas que con su luz y su sombra llenan por sí solas el espacio. Me recuerda que la soledad tiene su encanto y su brillo, cierto misterio que sólo conoce quien está dispuesto a viajar con uno mismo allá donde sea. Por eso ando por aquí y por allá cámara en mano atrapando esa elegancia, las de los troncos fuera del árbol y las hojas que vuelan libres caídas de la rama.

Entiendo tan bien a todos esos  seres que habitan el silencio, las de todas esas cosas que llenan el espacio vacío,  las de todos aquellos que lucen tan intenso en su luz como en su sombra.

#loca por la #paz

paseanteentraje Vi a un hombre paseando por el bosque en traje y corbata y lo seguí. Pensé  que un golpe de locura le llevaba al buen hombre al barro del camino en zapatos de piel y traje de seda. Luego recapacité, a lo mejor la loca era yo por seguir a un señor en traje y corbata por caminos perdidos: le dejé en paz con su misterio y me retiré a la mía, a mi paz, que recupero paseando cámara en mano, normalmente sin seguir a nadie.

Hay gente que me lee y piensa que sé más que ellos de serenidad, de lucidez, y  que me levanto por las mañanas cantando sabiduría.  En verdad porque  pierdo el equilibrio más que nadie, lo busco con más ahínco. Camino para encontrarlo y escribo como remedio cuando ya no lo tengo, procurando recordar que la paz es un sendero al que hay que echarse, cada día, con lo puesto.