Mis decálogos

El verano de las flores libres.

IMG_20180625_174725Hay flores a las que nos basta con coger la primera hoja que pase que vuele a a eso distinto que no es igual para todas: algunas quieren hogar, otras otros mundos. Esta vez yo elijo la calma y estar como me plazca, triste o feliz, en paz o enfadada, brillante o marchita.

Pareciera que sólo en vacaciones se vive, y a mí me entra estrés con esa sensación  de que estoy obligada a ser feliz escalando montañas o navegando océanos: este verano mi único plan es no  afanarme en travesía ninguna, salvo la de coger la primera hoja que pase que vuele a algún lugar distinto de la prisa, del pasado,  del futuro, de la lucha, de la rutina, del deseo, de la ausencia, de la preocupación, del miedo. Tal vez sea un bosque, tal vez  un libro, tal vez una piedra donde pueda sentarme libre y descalza a cantar #summertime, lejos de cualquier duda y de todo anhelo.

Seres de luz y sombra

IMG_20180616_103452648 Me gustan los objetos y las personas que con su luz y su sombra llenan por sí solas el espacio. Me recuerda que la soledad tiene su encanto y su brillo, cierto misterio que sólo conoce quien está dispuesto a viajar con uno mismo allá donde sea. Por eso ando por aquí y por allá cámara en mano atrapando esa elegancia, las de los troncos fuera del árbol y las hojas que vuelan libres caídas de la rama.

Entiendo tan bien a todos esos  seres que habitan el silencio, las de todas esas cosas que llenan el espacio vacío,  las de todos aquellos que lucen tan intenso en su luz como en su sombra.

#loca por la #paz

paseanteentraje Vi a un hombre paseando por el bosque en traje y corbata y lo seguí. Pensé  que un golpe de locura le llevaba al buen hombre al barro del camino en zapatos de piel y traje de seda. Luego recapacité, a lo mejor la loca era yo por seguir a un señor en traje y corbata por caminos perdidos: le dejé en paz con su misterio y me retiré a la mía, a mi paz, que recupero paseando cámara en mano, normalmente sin seguir a nadie.

Hay gente que me lee y piensa que sé más que ellos de serenidad, de lucidez, y  que me levanto por las mañanas cantando sabiduría.  En verdad porque  pierdo el equilibrio más que nadie, lo busco con más ahínco. Camino para encontrarlo y escribo como remedio cuando ya no lo tengo, procurando recordar que la paz es un sendero al que hay que echarse, cada día, con lo puesto.

El arte de esperar

2018-06-09-PHOTO-00002374 A veces voy al otro lado del Ebro, al atardecer, y espero. Por unos minutos el sol se despide de las cosas con este naranja mágico sin filtros, sin efectos especiales.

Esperar es todo un arte que a mí se me da fatal, a pesar de la certeza de que las mejoras cosas en mi vida se han cocinado en tiempos de espera, entre aviones, amores, desastres o triunfos, ajenas a mi voluntad o mis intentos.  Por eso camino tanto, porque es la única manera que mi cuerpo encuentra para vivir en gerundio cuando todo parece quieto.

Esperar es un arte que te enseña a mirar.  Todo aquello que ni buscas ni intentas, todo aquello que ni ves cuando corres, todo aquello que en tu ausencia el sol tiñe de naranja mágico.

La edad de la inocencia

amarillo instagram Siempre se me dio fatal ser una flor que palpita frágil por ahí gritando primavera.
Pero hay días en que la vida se pone fea y me canso del traje de guerra, de ser árbol que ampara y de cortar las malas hierbas. Cuanto más todo me habla de que juegue o consiga, de que venza o muera, de ganar o perder, más me convenzo de vestirme de flor y volver a la edad de la inocencia … al menos unos instantes, cuando amo.
Por lo menos, cuando amo.
Qué menos que cuando amo.
Al menos unos instantes, cuando escribo, quiero ser una flor que palpita frágil por ahí gritando primavera.