El placer
Los grandes placeres vienen y van en olas a capricho, surfearlos es todo un arte. La gran ingeniería vital es abrir la puerta al yodo, el viento y el azul de la vida cuando no hay olas y el día es gris. Inventarse uno microplaceres que pongan canela al café. Abrir esa puerta cada día porque sí, y mirar el mar de cada uno con placidez.
(Foto tomada en Santander, Palacio Magdalena).
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