Cuadernos de viaje (2): Carmen, el viaje psíquico.
Su padre le leía de pequeña, antes de la guerra. Supongo que por eso vivió de forma natural dejarse leer en voz alta cuando su cuerpo dejó de funcionar y apenas podía hablar. No le gustaban las fiestas, prefería la intimidad del grupo pequeño, se sentía así menos expuesta, creo que quería vivir su enfermedad en privado. Prefería lecturas fantásticas, paisajes lejanos, poemas de emociones adolescentes, cualquier cosa que le hiciera (sonreía) “sentirse transportada”. La lectura es una herramienta de poder cultural, pero también es un lugar donde elaborar el mundo u olvidarse de él descubriendo otros. Para Carmen, un espacio de libertad en su vida de cuerpo inmóvil, una forma de comunicación cuando quedó sin habla. Para mí,con ella, significó compartir mundos posibles, un viaje a territorios donde la mente y las emociones podían hacernos a todos sentirnos transportados sin importar edad, enfermedad, caducidad o límites.
Que bonito Reyes, sentirse trasportada hace mas llevadero el dolor y saborear las emociones de miles de diferentes vidas
Muchas gracias Sandra, por tu comentario… me he acostumbrado a contar hacer y vivir este tipo de cosas sin saber si llega a alguien. Tu comentario me ha alegrado el día. Besos.